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“EPDM: una empresa temeraria”, Rosario Manzanos
Desde hace más de 20 años la periodista y crítica de danza Rosario Manzanos ha sido testigo del nacimiento de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán. Ahora está en el puerto y comparte su punto de vista sobre el éxito de este ambicioso proyecto cultural.


“Me parece que el éxito de la EPDM pasa por una actitud ante la vida. Creo que Claudia (Lavista) y Víctor (Ruiz) tenían una posición muy positiva, porque la posibilidad de crear una escuela de danza en Mazatlán suena a ‘Fitzcarraldo’ (querer llevar la ópera a Manaos, Brasil), es como una empresa temeraria. Creo que el venirse para acá y decir, ‘aquí la vamos a hacer’ y llegar y comenzar desde cero, fue muy importante en su manera de percibir la vida”, compartió la ganadora del Premio Nacional de Danza Contemporánea José Limón 2017.

Para ella, otro punto clave del desarrollo sostenido de la EPDM radica en que la escuela ha sabido ver en los alumnos a su recurso más importante, una fuente de energía que exige a los profesores un gran compromiso profesional y humano.

“El entusiasmo que le pusieron a la escuela continua presente porque el contacto con la gente joven por supuesto que te renueva, no es una escuela de tortura; cuando yo estudié ballet, te pegaban con un palo, era normal, y aquí se la pasan muy bien porque hay un respeto enorme hacia la personalidad del otro, pero esto viene, de que hay una posibilidad de tomar distancia y respetar y darse a respetar: no es una escuela de cuatachones, es una escuela en donde hay maestros y alumnos, hay un rigor y es muy interesante porque sobre todo a nivel de interpretación técnica, es incuestionable el rigor de la EPDM”.

Finalmente la maestra Rosario Manzanos compartió una anécdota que ilustra perfectamente el alto nivel técnico que tiene la EPDM y que la coloca como una de las mejores en el mundo de la danza nacional.

“La productora de ‘El Rey León’ es amiga mía, ella fue subdirectora del Festival Internacional Cervantino y ahora trabaja en OCESA, y me pidió asesoría para encontrar bailarines en México para el musical. Entonces empezó a audicionar en todos los lugares y no encontraban bailarines, porque el nivel técnico tenía que ser un nivel de estructura en el que los bailarines fuesen capaces de hacer ciertos tipos de movimientos que solamente aquellos que están muy entrenados, particularmente en ballet y en danza contemporánea, pueden lograr.  Empezó a audicionar y de las escuelas, solamente los capacitados en Mazatlán pudieron llegar a la puesta en escena; los otros bailarines que necesitaban los trajeron del extranjero, porque no había”.